El juicio de Relmu Ñamku : "Somos Mapuche, entonces defendemos nuestro territorio".
En los Encuentros Nacionales de Mujeres, durante la Mesa de Feminismos Latinoamericanos, Relmu Ñamku viene a exponer su situación y a pedir ayuda. Está siendo acusada por la fiscalía de Neuquén de tentativa de homicidio, por haber tirado una piedra a una auxiliar de justicia que la venia a desalojar de su casa, con topadoras, policía, y policía privada. El terreno sobre el cual vive está ubicado arriba de varios pozos petroleros y de gas, y se negó a dejar a YPF, una multinacional petrolera, explotar el yacimiento. Un día, mientras velaba con su familia a una beba fallecida de malformaciones debidas a la contaminación ocasionada por la multinacional, las topadoras vinieron a arrasar su casa. Ella, así como otrxs miembrxs de su familia, se defendieron tirando piedras. Ellxs se enteraron más tarde que la auxiliar de justicia había sido herida de una piedra. Ella arriesga entonces 15 años de cárcel, y pide apoyo. Entonces decidimos ir a presenciar el juicio.
Llegamos a Zapala, ciudad de 45 000 habitantes, el jueves 29 de octubre. El juicio tiene lugar afuera del tribunal, en una carpa con un cupo de una cincuentena de personas. Dada la gravedad de la acusación, hay un jurado, compuesto por mitad de personas Mapuches. Se trata del primer juicio de este tipo en toda América Latina. El juicio dura 10 días, entre el 26 de octubre y el 4 de noviembre. Otras dos personas están siendo acusadas, entre ellas el marido de Relmu, pero con cargos mucho más ligeros.
Durante toda la semana, una movilización tiene lugar afuera del tribunal. Figuras importantes de las luchas en Argentina se turnan para apoyar a la comunidad: líderes mapuches, sindicalistas, la presidenta de la asociación de las Madres de la Plaza de Mayo, que desde la dictadura buscan sus hijxs y nietxs desaparecidxs por las fuerzas armadas.
Presenciamos varias ceremonias mapuches, que se llevan a cabo al amanecer, o durante el día, con cantos, bailes, rituales…
Durante el juicio vienen a declarar testigxs, familiares, pero también una abogada especializada en derecho de los pueblos indígenas, una antropóloga… que dan elementos de contextualización sobre el caso. Nos enteramos, de las personas que encontramos allí, que la fiscal que lleva la acusación está implicada en varios escándalos vinculados con violaciones de derechos humanos, especialmente de abusos de poder de parte de la policía. En paralelo, la auxiliar de justicia que fue herida exige 7 millones de pesos por daños y perjuicios al Estado y a la empresa YPF, en el marco de otro juicio civil que tendrá lugar próximamente. Pone a la fiscal en una situación contradictoria, dado que ella es conocida por proteger sistemáticamente los intereses del Estado y de las multinacionales en contra de los intereses de los pueblos originarios. Y aquí está, obligada a acusar en el mismo tiempo a las 3 entidades (Estado, empresa, Mapuches), y entonces hace todo lo posible para hundir q estxs últimxs, mientras todxs lxs testigos van en el sentido contrario.
Lxs Mapuches que encontramos están implicadxs, como miembrxs de sus comunidades, en luchas alrededor del territorio, y en contra de multinacionales: Apache Corporation/YPF, Souther Copper, Shell… Ellxs nos cuentan que las multinacionales corrompen los gobiernos locales, o se aprovechan de la miseria de algunas familias para hacerles ceder sus terrenos. A veces, se tratará de tentar a una familia con cuidados médicos para unx niñx enfermx, a veces, en caso de negativa, se expulsará a las comunidades con la ayuda de la policía, con orden de jueces corruptos.
Al fin y al cabo, el jurado popular declara inocentes a lxs tres Mapuches de los cargos de tentativa de homicidio y daño agravado, pero encuentra a Relmu culpable de “daño simple”, con penas menores. A lo largo del juicio, la fiscal nunca habrá logrado producir testimonios atestiguando con certeza la responsabilidad de Relmu en el tiro de piedra que hirió a la auxiliar de justicia. El último día, durante la lectura del veredicto, todo el mundo exulta, y para muchxs se trata de una “victoria histórica del pueblo mapuche”. Otrxs nos dirán que estamos frente a un precedente en materia de defensa de los derechos de lxs indígenas.
Nos vamos de Zapala con la impresión que, de hecho, algo importante tuvo lugar. Y estamos agradablemente sorprendidas de la apertura con la cual muchxs Mapuches nos acogieron. Esos días fueron la ocasión de muchos encuentros e intercambios acerca de la vida y las luchas de lxs Mapuches. Esperamos que podamos profundizar esas reflexiones cuando volvamos a la Patagonia, si tenemos la posibilidad de visitar a una comunidad.