Justo después de llegar a Bahía Blanca, conocemos una mujer Mapuche, que implementa actividades culturales en la ciudad. La encontramos durante un taller de escultura de barro en un centro cultural autogestionado, la Nave. Nos explica que se trata de realizar una escultura en relieve sobre una pared exterior del centro, que representaría a la Pacha Mama (“Madre Tierra”, o “Cosmos”, o “Universo”, dependiendo de las traducciones), bajo la forma de una mujer-árbol. Ella, así como otra Mapuche que encontramos unos días después, nos cuentan algunos elementos de la cosmovisión Mapuche. Ambas nacieron en la ciudad, de familias campesinas. Fue a lo largo de su vida que decidieron re-aprender y transmitir tradiciones ancestrales, tales como rituales, saberes artesanales de alfarería, tejido, platería… Ahora tratan de hacer vivir y difundir su cultura, y de producir discursos alternativos sobre su pueblo, en contra del oficial que reduce a los Mapuches a un pueblo semi-salvaje, desaparecido con la colonización.
Por cierto, muchxs Argentinxs tienen origen Mapuche, pero se niegan a apropiarse esas raíces, dado que este pueblo es víctima de mucha discriminación y racismo. Encontramos, en Zapala (Neuquén), otros Mapuches, con quienes platicamos de su cultura. Su cosmovisión (mitología, forma de ver…) es organizada alrededor de la cifra 4: cuatro puntos cardinales, cuatro elementos, cuatro estrellas de la cruz del Sur… Las cifras tienen mucha importancia en la cultura mapuche: para decir hola, se dice “Mari Mari”, que literalmente significa “diez diez”. El grito de guerra de lxs Mapuches, que a menudo se utiliza en los rituales, “Mari Chiwew”, significa “diez veces venceremos”. La Tierra, el Aire, el Agua, el Fuego, son los cuatro elementos de vida, que tienen una muy grande importancia en su visión.
En toda América Latina se escucha hablar de la “Pacha Mama”, a veces traducida como “Madre Tierra”. Es un término de la lengua quechua (Bolivia), que de hecho significa Cosmos. En la cosmovisión de la mayoría de los pueblos originarios, la Pacha Mama, o en Mapudungun (lengua mapuche) “Meli Witran Mapu” – “los cuatro puntos de la Tierra” – es representada como una persona, un ser.
Al contrario de nuestra visión occidental, donde nosotrxs humanxs dominamos la Naturaleza, que es un objeto, lxs Mapuches y otros pueblos representan al ser humano como una parte del Todo, que va más allá de la Tierra o el Cielo. Meli Witran Mapu, o la Pacha Mama, es dotada de una fuerza propia, y hay que regresarle lo que nos da: así, tradicionalmente, cuando se come, se toma, o se fuma, se le tiene que devolver una parte a Meli Witran Mapu, y verter una parte de lo que se le toma a la Pacha Mama, como agradecimiento. Mujeres Mapuches nos describen el funcionamiento de las comunidades, organizadas alrededor de un principio de horizontalidad.
Asimismo, tradicionalmente, los roles en el seno de la comunidad no son atribuidos en función de la familia, ni por voto. Pero es bastante complicado: escuchamos varias teorías sobre la atribución y transmisión de los roles: al nacer, soñando, o entre generaciones. Cuando una persona que lleva un cargo comunitario muere, aparentemente, su conocimiento (Newen) regresa a la Naturaleza, y eventualmente otra persona lo recibe varios días después. Al final, otrxs Mapuches nos explican que ellxs votaron para reemplazar a su jefe, entonces parece que (ya?) no hay reglas.
De todas formas, todo el mundo nos comenta que en Argentina, lxs Mapuches en su mayoría perdieron la conexión espiritual, vinculada con el territorio, que consolida la comunidad. Entonces la mayoría de ellas no son estructuradas según las reglas tradicionales. Al mismo tiempo, el gobierno argentino implementó una ley que supuestamente garantiza los derechos colectivos indígenas, permitiendo a comunidades reclamar las tierras sobre las cuales viven. Tienen que llevar a cabo un trámite muy complejo, indicando precisamente los cargos ocupados por cada persona, según reglas tradicionales.
Hay tres grandes funciones: Werken, Machi, Longko. También hay sanadorxs, y otros cargos. El/la werken transmite los mensajes entre comunidades. Es como un portavoz, o representante. Lxs machi se parecen a chamanes: ellxs tienen el conocimiento (newen), la sabiduría, y pueden viajar en el tiempo y el espacio soñando. Lxs machi pueden sanar el alma y el cuerpo, reestablecer el equilibrio, también son guías espirituales. Lxs longko e inal longko son jefes (n°1 y 2) de la comunidad. Pero una activista mapuche nos explica que, justamente, la mayoría de esas últimas ya no corresponde a esta organización, y ya no puede realizar el trámite, o lo hace sorteando los cargos. Resulta que esta ley tiene el efecto negativo de dejar a las comunidades escoger entre no gozar de su derecho a la tierra, o participar de un simulacro de organización comunitaria desconectada de la realidad.
A lo largo del viaje, conocemos a otrxs Mapuches, que trabajan para recuperar y reapropiarse su cultura, y que reivindican otra forma de vivir y relacionarse, incluyendo con el entorno/ambiente. Lxs Mapuches, como otros pueblos llamados “originarios” en Argentina, viven principalmente en el campo. Se enfrentan a menudo con intentos de desalojo y saqueo de sus territorios de parte del Estado y de multinacionales mineras o petroleras. Es un eslabón más de la cadena de masacres, expropiación y esclavitud, implementada desde la colonización por el Estado español. Desde centenas de años, a lo largo de los avances del ejército español, y después del argentino a partir de la independencia, y por ende los de las multinacionales con la ayuda de la policía actual, los pueblos se ven negado el derecho a quedarse en territorios ancestrales. Sus territorios, a menudo considerados sagrados, se ubican – desafortunadamente para ellxs – arriba de grandes reservas petroleras o de minerales. Tienen que retroceder más y más lejos en las montañas, o si no, deprivadxs de sus tierras, sufren un éxodo forzado a las ciudades.
Entonces es muy difícil para lxs Mapuches “urbanos” mantener un vínculo con el territorio, que es, en su cosmovisión, la fuente de su espiritualidad, de su fuerza, y de su vida, básicamente: Mapuche, en mapudungun (lengua mapuche) significa “Entes de la Tierra”.
Muchxs se encuentran desarraigadxs, y la regla es que ocupen los puestos de trabajo peor pagados: albañilería para los varones, trabajo doméstico para las mujeres.
Al final, lxs activistas Mapuches que encontramos tienen posturas muy variadas acerca de su cultura, sus tradiciones, rituales, y le tienen más o menos apego. De todas formas, es muy difícil recuperar toda esta historia cuando su curso ha sido brutalmente interrumpido por la colonización. Se nos comenta a menudo que se tienen conocimientos muy parcelares, que cada Mapuche se encuentra con un pedazo de la historia de su pueblo, y todo el trabajo de volver a pegar los pedazos queda por hacer.
Por cierto, muchxs Argentinxs tienen origen Mapuche, pero se niegan a apropiarse esas raíces, dado que este pueblo es víctima de mucha discriminación y racismo. Encontramos, en Zapala (Neuquén), otros Mapuches, con quienes platicamos de su cultura. Su cosmovisión (mitología, forma de ver…) es organizada alrededor de la cifra 4: cuatro puntos cardinales, cuatro elementos, cuatro estrellas de la cruz del Sur… Las cifras tienen mucha importancia en la cultura mapuche: para decir hola, se dice “Mari Mari”, que literalmente significa “diez diez”. El grito de guerra de lxs Mapuches, que a menudo se utiliza en los rituales, “Mari Chiwew”, significa “diez veces venceremos”. La Tierra, el Aire, el Agua, el Fuego, son los cuatro elementos de vida, que tienen una muy grande importancia en su visión.
En toda América Latina se escucha hablar de la “Pacha Mama”, a veces traducida como “Madre Tierra”. Es un término de la lengua quechua (Bolivia), que de hecho significa Cosmos. En la cosmovisión de la mayoría de los pueblos originarios, la Pacha Mama, o en Mapudungun (lengua mapuche) “Meli Witran Mapu” – “los cuatro puntos de la Tierra” – es representada como una persona, un ser.
Al contrario de nuestra visión occidental, donde nosotrxs humanxs dominamos la Naturaleza, que es un objeto, lxs Mapuches y otros pueblos representan al ser humano como una parte del Todo, que va más allá de la Tierra o el Cielo. Meli Witran Mapu, o la Pacha Mama, es dotada de una fuerza propia, y hay que regresarle lo que nos da: así, tradicionalmente, cuando se come, se toma, o se fuma, se le tiene que devolver una parte a Meli Witran Mapu, y verter una parte de lo que se le toma a la Pacha Mama, como agradecimiento. Mujeres Mapuches nos describen el funcionamiento de las comunidades, organizadas alrededor de un principio de horizontalidad.
Asimismo, tradicionalmente, los roles en el seno de la comunidad no son atribuidos en función de la familia, ni por voto. Pero es bastante complicado: escuchamos varias teorías sobre la atribución y transmisión de los roles: al nacer, soñando, o entre generaciones. Cuando una persona que lleva un cargo comunitario muere, aparentemente, su conocimiento (Newen) regresa a la Naturaleza, y eventualmente otra persona lo recibe varios días después. Al final, otrxs Mapuches nos explican que ellxs votaron para reemplazar a su jefe, entonces parece que (ya?) no hay reglas.
De todas formas, todo el mundo nos comenta que en Argentina, lxs Mapuches en su mayoría perdieron la conexión espiritual, vinculada con el territorio, que consolida la comunidad. Entonces la mayoría de ellas no son estructuradas según las reglas tradicionales. Al mismo tiempo, el gobierno argentino implementó una ley que supuestamente garantiza los derechos colectivos indígenas, permitiendo a comunidades reclamar las tierras sobre las cuales viven. Tienen que llevar a cabo un trámite muy complejo, indicando precisamente los cargos ocupados por cada persona, según reglas tradicionales.
Hay tres grandes funciones: Werken, Machi, Longko. También hay sanadorxs, y otros cargos. El/la werken transmite los mensajes entre comunidades. Es como un portavoz, o representante. Lxs machi se parecen a chamanes: ellxs tienen el conocimiento (newen), la sabiduría, y pueden viajar en el tiempo y el espacio soñando. Lxs machi pueden sanar el alma y el cuerpo, reestablecer el equilibrio, también son guías espirituales. Lxs longko e inal longko son jefes (n°1 y 2) de la comunidad. Pero una activista mapuche nos explica que, justamente, la mayoría de esas últimas ya no corresponde a esta organización, y ya no puede realizar el trámite, o lo hace sorteando los cargos. Resulta que esta ley tiene el efecto negativo de dejar a las comunidades escoger entre no gozar de su derecho a la tierra, o participar de un simulacro de organización comunitaria desconectada de la realidad.
A lo largo del viaje, conocemos a otrxs Mapuches, que trabajan para recuperar y reapropiarse su cultura, y que reivindican otra forma de vivir y relacionarse, incluyendo con el entorno/ambiente. Lxs Mapuches, como otros pueblos llamados “originarios” en Argentina, viven principalmente en el campo. Se enfrentan a menudo con intentos de desalojo y saqueo de sus territorios de parte del Estado y de multinacionales mineras o petroleras. Es un eslabón más de la cadena de masacres, expropiación y esclavitud, implementada desde la colonización por el Estado español. Desde centenas de años, a lo largo de los avances del ejército español, y después del argentino a partir de la independencia, y por ende los de las multinacionales con la ayuda de la policía actual, los pueblos se ven negado el derecho a quedarse en territorios ancestrales. Sus territorios, a menudo considerados sagrados, se ubican – desafortunadamente para ellxs – arriba de grandes reservas petroleras o de minerales. Tienen que retroceder más y más lejos en las montañas, o si no, deprivadxs de sus tierras, sufren un éxodo forzado a las ciudades.
Entonces es muy difícil para lxs Mapuches “urbanos” mantener un vínculo con el territorio, que es, en su cosmovisión, la fuente de su espiritualidad, de su fuerza, y de su vida, básicamente: Mapuche, en mapudungun (lengua mapuche) significa “Entes de la Tierra”.
Muchxs se encuentran desarraigadxs, y la regla es que ocupen los puestos de trabajo peor pagados: albañilería para los varones, trabajo doméstico para las mujeres.
Al final, lxs activistas Mapuches que encontramos tienen posturas muy variadas acerca de su cultura, sus tradiciones, rituales, y le tienen más o menos apego. De todas formas, es muy difícil recuperar toda esta historia cuando su curso ha sido brutalmente interrumpido por la colonización. Se nos comenta a menudo que se tienen conocimientos muy parcelares, que cada Mapuche se encuentra con un pedazo de la historia de su pueblo, y todo el trabajo de volver a pegar los pedazos queda por hacer.